Ruta de 8 días por los paisajes y castillos más mágicos de Escocia


Castillo de Kilchurn

Preparando el viaje

Cualquiera que me conozca sabe que llevaba más de un año obsesionada con conocer Escocia. Su naturaleza, su historia, esa magia que la envuelve… Era un destino de ensueño para mí y mi cámara fotográfica. Y, claro, Edu no tuvo más remedio que aceptar ante mi insistencia e ilusión. Pero ya os digo que no se arrepiente para nada de haberme seguido en esta aventura…

Tenía bastantes lugares en mente a los que teníamos que ir sí o sí, e inicialmente mi planning estaba pensado para unos 12-14 días… Pero, dado que sólo disponíamos de 8 días (el noveno teníamos el vuelo de vuelta muy temprano) readapté la ruta y me vi obligada a priorizar. No pasaba nada. Era algo que sabía antes de ir, pero a la vuelta confirmé que, efectivamente, es un destino que voy a repetir… Y probablemente más de una vez.

Otro problema que tuvimos fue que supimos que podríamos ir apenas un mes antes, por lo que la oferta de alojamientos era bastante escasa. Sin embargo, una búsqueda exhaustiva en webs como Booking o Airbnb hizo que no tuviéramos que dormir ninguna noche a la intemperie, aunque confieso que los precios me parecieron bastante caros (pagamos de media unos 100€ la noche por habitación doble). Eso sí, estaban bastante bien y nos atendieron en todos de escándalo.

Lo mismo pasó con el coche de alquiler. Revisando todos los días Rentalcars, conseguimos ahorrar más de 100€. Finalmente fueron unos 240€ por 6 días (en Edimburgo no lo íbamos a utilizar, así que lo recogimos el primer día del roadtrip en el aeropuerto). Sigue pareciéndome caro (fue más o menos lo que nos costó 12 días en EEUU), pero sin duda mereció la pena por la libertad que nos dio.

Highland Coo

Desde aquí también compramos los Explorer Pass (se puede conseguir allí en la taquilla del primer monumento incluido que se vaya a visitar, pero lo hicimos así por ahorrarnos la cola). Es un pase que permite, por 42 libras por persona, entrar en todos los monumentos de Historic Environment Scotland. Sirve hasta 7 días en los siguientes 14 desde su primer uso (hay también una versión de 3 días). Sale bastante a cuenta, ya que incluye el Castillo de Edimburgo y el de Stirling, que prácticamente cuestan eso. Nosotros también lo utilizamos en Urquhart (el castillo más famoso del Lago Ness), Doune, la catedral de Elgin, Fort George y en la catedral y el castillo de Saint Andrews.

Por último, reservamos los billetes del ferry que nos llevaría de Mallaig a Armadale, en la Isla de Skye, por 15,5 libras (2 personas + 1 coche). Se agotan rápido, así que conviene llevarlo desde aquí. Sin embargo, nosotros nunca pudimos disfrutarlo, ya que debido a un temporal cancelaron nuestro ferry y tuvimos que ir por tierra… Pero eso os lo contaré más adelante.

Seguramente otra cosa que te plantees si vas a ir a Escocia próximamente es si se sobrevive al clima. Era uno de mis grandes miedos, por lo que me alegré mucho cuando me enteré de que estaban pasando por una ola de calor (unos 25ºC y sol todos los días) justo antes de ir. Pero fue llegar nosotros y volver el tiempo habitual. Nos llovió todos los días, e hizo bastante viento. Sin embargo, no nos impidió hacer nada que tuviéramos planeado, salvo el día del temporal en Skye. Por suerte, había planeado pasar dos noches allí, ya que para mí era el gran plato fuerte del viaje, y no nos perdimos demasiado. De vez en cuando se nos recompensaba con un poquito de sol, aunque no solía durar demasiado. En cualquier caso, no nos amargó para nada el viaje (era lo que yo temía). Es más, ¡no me importaría irme una temporadita a vivir a Escocia!

Ahora sí… Nuestra ruta

Planning por días


  •          Día 1. Llegada a Edimburgo. Old Town.
  •          Día 2. Edimburgo. Castillo y New Town.
  •          Día 4. De Fort William a Dunvengan (Isla de Skye).
  •          Día 5. Isla de Skye (de Dunvengan a Kyleakin).
  •          Día 6. De Skye a Inverness.
  •          Día 7. De Inverness a Aberdeen.
  •          Día 8. De Aberdeen a Rosyth.
  •          Día 9. Vuelo de vuelta.

Día a día

Mi intención sigue siendo subir posts más detallados, pero espero que mientras tanto una pequeña descripción de cada uno de ellos te sirva para organizarte.

Día 1. Llegada a Edimburgo


Victoria Street

El primer día llegamos a Edimburgo a la hora de comer, por lo que fuimos directamente a Grassmarket, una bulliciosa calle repleta de restaurantes y pubs. Fuimos a nuestro apartamento en la colorida Victoria Street y comenzamos nuestro paseo por la Old Town de Edimburgo.

Primero nos dirigimos hacia el cementerio de Greyfriars, y conocimos la estatua del perrito Bobby y la tumba de Thomas Riddle. Seguimos hasta el callejón The Vennel, que sabía que tenía unas preciosas vistas del castillo. Subimos desde allí hasta la Royal Mile, la calle más famosa de Edimburgo, donde se concentran el 90% de los turistas. Gaiteros, tiendas de souvenirs… Aunque lo realmente mágico allí es explorar los closes, los pequeños callejones que salen de la vía principal y llevan a jardines, patios interiores, escaleras de infarto…


Dunbar's Close

Así llegamos hasta el Palacio de Hollyroodhouse, que finalmente no visitamos, ya que habíamos preferido ir con calma disfrutando del camino. En el inmenso parque que hay junto al palacio hay varias rutillas que se pueden hacer para disfrutar de unas de las mejores vistas de la ciudad. Nosotros escogimos la de los acantilados de Salisbury Scrags, que nos regaló una panorámica impresionante de Edimburgo, aunque confesamos que hacía mucho viento.

Cenamos en la terraza de Victoria Street temprano… Pronto teníamos nuestro tour de fantasmas. Aunque es una turistada, la verdad es que disfrutamos mucho del paseo “nocturno” (en pleno julio a esas horas seguía siendo de día) mientras nos contaban montones de leyendas e historias de asesinatos y fantasmas en los lugares en los que se desarrollaron. Una visión diferente del lado oscuro de Edimburgo. Después de todo esto estábamos agotados… Y acabábamos de empezar.

Día 2. Edimburgo


Vistas del castillo de Edimburgo desde Princes Street Gardens

El segundo día nos fuimos directamente al Castillo de Edimburgo, con la intención de encontrar a poca gente al ir temprano (con poco éxito). Es una visita interesante, aunque la lluvia nos acompañó todo el rato. Hay infinidad de museos, estancias reales y los famosos Honores de Escocia (prepárate para hacer cola para conseguir verlos).

Como no paraba de llover, fuimos a comer en la Royal Mile y decidimos posponer nuestros planes de la tarde para cuando se calmara. Mientras, decidimos aprovechar el tiempo yendo al Museo Nacional de Escocia, de entrada gratuita, y la verdad es que nos encantó. Lo más conocido es la oveja Dolly, pero hay una exposición de animales y otra de aviones impresionantes, y es muy interactivo. Además, en la última planta hay una terraza con vistas de la ciudad y el castillo.

Cuando salimos, había parado la lluvia, así que decidimos dar un paseo por la New Town. Primero estuvimos en Princes Street Gardens, un precioso parque junto al castillo en el que se encuentran la famosa Ross Fountain y unas bonitas vistas. Desde allí continuamos por la New Town, pasando por Rose Street y Queen Street, hasta que llegamos a Stockbridge, sin duda mi barrio favorito de los que vimos. Está repleto de casitas llenas de encanto, callejones de mews, flores… Me mudaría a este barrio sin dudarlo. De lo más bonito allí son las calles de Circus Lane y Anne Street. Hay un mercadillo dominical que no pudimos visitar, pero que dicen que es bastante interesante.

Llegamos al río Leith, junto al que discurre el sendero Water of Leith, un precioso sendero que recorrimos rumbo a Dean Village, un antiguo pueblecito con molinos que se ha conservado prácticamente intacto en el corazón de Edimburgo, y que últimamente está ganando bastante popularidad (no nos extraña).


Atardecer en Calton Hill

Desde allí decidimos de forma improvisada ir a ver el atardecer a Calton Hill, un lugar que aún no conocíamos. El cielo comenzó a aclarar un poco entre las nubes, y nos regaló unas vistas de la ciudad mágicas. Sin duda me quedo con esa imagen de Edimburgo.

Día 3. De Edimburgo a Fort William

Comenzaba el tercer día, y salimos temprano rumbo al aeropuerto para recoger el coche que nos acompañaría el resto del viaje (lo hicimos así porque era más económico que recogerlo en Edimburgo).


Jardín de la Reina en el castillo de Stirling

Desde allí salimos directos en dirección a Stirling, una preciosa ciudad famosa por su imponente castillo, sin duda de los mejores que visitamos en este viaje. Aquí sí que mereció la pena llegar temprano, ya que aunque había gente se notó la diferencia respecto a las horas posteriores. Recorrimos las distintas salas y patios, me disfracé de princesa (no me pude resistir al ver el armario que tienen preparado con montones de ropa para los turistas), disfrutamos de las vistas desde las murallas del castillo… Stirling no sólo tiene este monumento, sino que es una ciudad con un casco antiguo medieval que merece mucho la pena, pero que no pudimos explorar en profundidad en esta ocasión. Quizás en la siguiente.

Nuestra siguiente parada estaba muy cerquita de allí, el Castillo de Doune. Es famoso porque aparece en muchas películas, además de en la serie Outlander (es el castillo Leoch), que me encanta. Es muy divertido porque la audioguía está narrada por un actor de los Monty Python y por Sam Heughan, el protagonista de Outlander.

A continuación entramos de lleno en el Parque Nacional del Loch Lomond y Los Trossachs, donde comenzamos a vislumbrar los impresionantes paisajes que nos esperaban a partir de ese momento. Paramos en varios lagos que fuimos encontrando, y recorrimos la ribera del Loch Lomond, deteniéndonos en Luss. Es un precioso pueblo desde el que disfrutar de bonitas vistas del lago, que además cuenta con una pequeña iglesia con su cementerio.

Nos desviamos para dirigirnos a Inveraray, un bonito pueblo en blanco y negro junto a un lago, que además tiene un famoso castillo (que sólo vimos desde fuera).

La penúltima parada fue uno de los puntos para mí más bonitos de Escocia (que yo haya conocido): el Castillo de Kilchurn. Lo pudimos disfrutar desde un mirador en el que se ve reflejado en el lago, una imagen que no olvidaremos. A continuación fuimos a la “isla” en la que está situado, viéndolo desde otra perspectiva con la compañía de unas simpáticas vacas peludas (allí les gusta más llamarlas Highland Coos).


Valle de Glencoe

Pero nos quedaba aún otro plato fuerte. Llegamos al impresionante valle de Glencoe, que nos dejó directamente sin palabras. Cascadas, montañas, verde esmeralda… Con la luz del atardecer. Precioso.
Llegamos a Fort William bastante tarde, y después de cenar en un McDonalds (único lugar abierto), nos fuimos a descansar antes del siguiente día…

Día 4. De Fort William a Dunvengan (Isla de Skye)

En nuestro segundo día de roadtrip teníamos grandes planes: iríamos por la carretera de la costa hasta Mallaig, donde cogeríamos el ferry que nos llevaría hasta la Isla de Skye, mi gran sueño escocés, y comenzaríamos a conocerla. Pero las cosas no son siempre como uno cree.

El día comenzó soleado, una buena señal. Nos dirigimos hacia Glenfinnan, donde conoceríamos las preciosas vistas del monumento junto al Loch Shiel y el famoso viaducto. Esperamos a que pasara el Jacobite, que fue el Hogwarts Express en las películas de Harry Potter, un momento mágico del viaje.


Viaducto de Glenfinnan

Desde allí fuimos siguiendo la Road to the Isles, descubriendo las preciosas playas de Silversands of Morar, que ya vimos que es un paraíso para los aficionados al camping, llegando hasta Mallaig. Ya el día había ido oscureciéndose, y estuvimos acompañados de un viento muy fuerte. Así que, cuando llegamos, nuestros peores augurios se cumplieron: se cancelaba nuestro ferry, por lo que debíamos conducir 3 horas más hasta Kyle of Lochalsh para cruzar por el puente hasta Skye.

La tarde la pasamos dentro del coche acompañados de lluvia y viendo, aunque disfrutando de paisajes increíbles. Llegamos a Skye, y el tiempo había incluso empeorado, así que nos vimos obligados a conducir hasta nuestro alojamiento en Dunvengan, y no pudimos realizar las visitas que teníamos previstas para esa tarde. A pesar de esto, durante la hora que estuvimos recorriendo la isla hasta llegar a la casita, nos fuimos quedando con la boca abierta cada 5 segundos al darnos cuenta del lugar tan mágico en el que nos encontrábamos.

Cenamos en un lugar llamado Old School en Dunvengan, un restaurante de comida tradicional escocesa bastante rica en el interior de un antiguo colegio (obligado reservar, al menos en temporada alta), y nos acostamos tempranito, ya que debíamos madrugar para poder aprovechar bien nuestro siguiente día en la isla.

Por si sois más afortunados, nuestros planes para ese día eran realizar la ruta de las Fairy Pools, conocer Coral Beach y ver el atardecer junto al faro de Neist Point.

Día 5. Isla de Skye (de Dunvengan a Kyleakin)

Dado que sólo contábamos con un día para explorar la Isla de Skye, decidimos levantarnos temprano, así que a las 7:00 estábamos disfrutando del fantástico desayuno que nos proporcionó nuestra anfitriona, y media hora más tarde nos dirigíamos al oeste hacia Neist Point, que habíamos incluido en nuestra readaptación de la ruta.


Faro de Neist Point

Cuando llegamos al parking no había nadie más. Recorrimos la zona con la única compañía de un rebaño de ovejas, y no miento si digo que es uno de los momentos que más disfruté del viaje. Las vistas son sencillamente alucinantes, y estar en un lugar tan increíble solos nos hizo sentirnos completamente libres.

Continuamos nuestro camino hacia la península de Trotternish, al noreste de Skye, donde se concentran los mejores paisajes de la isla. En primer lugar fuimos hacia el valle donde viven las hadas escocesas, Fairy Glen, un conjunto de montículos de un verde tan intenso que brillaba.

La carretera nos llevó hasta el que dicen que es uno de los paisajes más bonitos de Escocia, el Quiraing. Inicialmente queríamos hacer la ruta circular (que por cierto dicen que es bastante dura), pero el clima y la falta de tiempo nos hicieron desistir. Eso sí, disfrutamos de las vistas desde el mirador.

Llegamos hasta Kilt Rock, donde hay una cascada que cae directamente al mar por unos acantilados. Aunque el lugar es bonito, la masificación turística (todos los autobuses paraban ahí), el viento tan intenso y que habíamos visto ya sitios mucho más impresionantes nos hizo que no lo disfrutáramos tanto.

Y lo que sigue fue otro de los mejores momentos del día, y del viaje. Llegamos a Old Man of Storr sin intención de hacer la ruta. “Vamos a acercarnos a ese punto, que se va a ver mejor”. Cuando nos dimos cuenta habíamos decidido subir hasta arriba, a pesar de que el cielo nos estaba amenazando con tormenta inminente, pero ya a ver quién nos paraba. Conseguimos alcanzar la cima apenas unos minutos después de que comenzara a llover. Reconozco que me costó mucho llegar hasta allí, pero las vistas merecieron la pena. Las agujas recortadas con los lagos de fondo no las vamos a olvidar. La bajada por caminos de barro y con lluvia (e incluso granizo) tampoco la olvidaremos.


Old Man of Storr

Nos habíamos ganado una recompensa, así que al llegar a Portree, además de las preciosas casitas de colores junto al puerto, disfrutamos de una tarta y unos batidos naturales en un bonito café con vistas al mar.

Y, ya sí, nos dirigimos hacia Kyleakin, donde teníamos nuestro alojamiento, cerquita del puente por donde saldríamos de la isla.

Día 6. De Skye a Inverness


Castillo de Eilean Donan

Otro de los “mejores días del viaje” (si es que hay un ranking). Nuestra primera parada era el archiconocido Castillo de Eilean Donan, en el top de todas las listas de castillos más bonitos de Escocia. La verdad es que verlo reflejado en el lago, con las montañas de fondo, es otra de las imágenes que vamos recordar siempre. Y la visita por su interior merece mucho la pena.

Continuamos entre alucinantes montañas y valles escoceses hasta Fort August, donde hicimos una breve parada para ver el Canal de Caledonia y tomarnos unas frambuesas recién recolectadas, y seguimos junto al lago Ness para dirigirnos hasta el Castillo de Urquhart, cuyas ruinas para nosotros son de lo mejor que ver por la zona, aunque está algo masificado.


Castillo de Urquhart

Desde allí decidimos desviarnos al oeste para ir hacia Glen Affric, del que había oído que es el valle más bonito de Escocia (hoy todo era “lo más”). Allí habíamos planeado hacer 2-3 rutas cortas, que finalmente se quedaron en dos por falta de tiempo (desde el principio nos propusimos ir a nuestro ritmo, sin prisas, disfrutando del camino). Hicimos primero la de Plodda Falls, que nos llevó hasta una pasarela encima de la cascada y a continuación a un mirador desde abajo (precioso), y después a Dog Falls, que conduce por una ruta algo más larga hasta un punto donde se ve con cuánta fuerza penetra la cascada en una estrechez entre las rocas. Al ser mucho menos conocido, estuvimos prácticamente solos en esta zona.

Llegamos a Inverness justo a tiempo (el límite para hacer el check in en nuestro alojamiento eran las 20:00h), y tras dar un paseo por el centro y cenar, nos fuimos a descansar.

Día 7. De Inverness a Aberdeen

El día anterior la lluvia nos había impedido pasear tranquilamente por Inverness, así que decidimos hacerlo por la mañana antes de irnos, y fuimos recompensados con un sol radiante, que nos hizo disfrutar de esta preciosa ciudad.

A continuación nos dirigimos hacia el campo de batalla de Culloden. Los interesados en la historia de las revoluciones jacobitas (o los que lo hayáis descubierto a través de Outlander, como yo), os sentiréis sobrecogidos al encontraros en un lugar en el que ocurrió una masacre como esa.

Seguimos hacia los círculos de piedra de Clava Cairns, y de allí partimos hacia Fort George, un fuerte militar aún en uso. El día seguía soleado y caluroso, así que nos confiamos (error de novatos en Escocia). Apenas llevábamos 15 minutos allí cuando empezó a diluviar y nos vimos obligados a refugiarnos en unas cabinas.


Catedral de Elgin

La siguiente parada fue una de las que más nos impresionó ese día, la catedral de Elgin. Sus imponentes ruinas mantienen su antigua grandiosidad. Además, coincidió que comenzaba un tour guiado gratuito (en inglés), que nos permitió disfrutar mucho más la visita al explicarnos toda la simbología de la catedral.

Continuamos recorriendo pueblecitos de la costa, a cada cuál más bonito, pero si tenemos que destacar uno es Pennan, que nos encantó con sus casitas blancas junto al acantilado verde, y su ambiente relajado.


Pennan

Finalmente llegamos a Aberdeen, donde pasaríamos la noche. Paseamos por el centro, nos tomamos una hamburguesa en un pub, y nos fuimos a descansar. Llegaba el último día…

Día 8. De Aberdeen a Rosyth

El día comenzó con una sensación agridulce. Era el último que disfrutaríamos de las tierras escocesas... Sin embargo, no pudo comenzar mejor, ya que nuestra primera visita fue el impresionante Castillo de Dunnottar, cuya silueta en el acantilado recortada frente al mar nos dejó sin palabras. Recorrerlo fue uno de nuestros momentos favoritos del viaje.


Castillo de Dunnottar

Desde allí continuamos hacia la ciudad de Saint Andrews, que nos sorprendió mucho, tanto por la cantidad de gente que encontramos, como por lo encantadoras que nos parecieron sus calles. Visitamos el castillo y la catedral, e incluso subimos a la torre para disfrutar de las vistas.

Después de eso quisimos recorrer al menos parte de los preciosos pueblecitos de Fife del East Neuk. Estuvimos en Crail, Anstruher y Pittenweem, de los que salimos enamorados. Sin duda requerirían una visita más relajada. Además, nos quedamos con ganas de haber ido con más tiempo y hacer la excursión a la Isla de May a ver frailecillos.


Puerto de Crail

Las dos últimas paradas eran imprescindibles para una fan de Outlander, aunque creo que merecen la pena para cualquiera, porque ambos pueblos no pueden ser más bonitos. Estuvimos primero en Falkland, que fue uno de los que más nos gustó de toda Escocia, y donde además nos tomamos una cerveza en la terraza del hotel en el que se rodó la serie, y posteriormente callejeamos por Culross, uno de los pueblos mejor conservados de Escocia, y cuyo ambiente nos cautivó.

Después de esto, ya sí, tocaba dirigirnos a nuestro alojamiento en Rosyth, del que saldríamos a horas intempestivas rumbo al aeropuerto (teníamos el vuelo de vuelta a las 6:05 am…).


Espero que este post te sea útil para organizar tu viaje a Escocia. Si tienes cualquier duda sobre los sitios que visité, por qué organicé las visitas de una manera y no de otra, o de alguna otra cosa relacionada con el viaje, no dudes en dejarme un comentario.


Comentarios

  1. Hola guapa! Que pasada de viaje, mi pareja y yo estamos planeando irnos a Escocia la primavera que viene y nos has ayudado a descruvir algun que otro sitio. Te queria preguntar si me podias dar algo de info de la ruta del dia 3 cuando salisteis de Doune hasta Fort Williams, esque estoy un poco perdida por esazona. Muchas gracias guapa😘

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    Respuestas
    1. ¡Buenas Verónica! ¡Bienvenida!

      La verdad es que ese día es el más intenso en cuanto a coche, pero mereció mucho la pena. Si es posible te recomiendo que intentes hacerlo en más de un día.

      Para organizar la ruta yo puse los puntos que quería visitar en Google Maps y así llegamos de un sitio al siguiente (reconozco que en algunos momentos nos desviamos a carreteras secundarias para disfrutar de los paisajes, aunque son espectaculares en todo momento). Estos fueron: Callander, Luss, Inveraray, Kilchurn Castle y Glencoe.

      En total desde Doune fueron unas 4h y cuarto de coche, aunque con las paradas fue más tiempo, ya que nos desviamos bastante para incluir Inveraray y Kilchurn (no me arrepentí para nada).

      Como queríamos ver aunque fuera desde el coche parte de Los Trossachs fuimos hasta Callander y desde allí por el interior del parque hasta Loch Lomond. La verdad es que esta zona se presta a dedicarle tiempo y calma, pero al menos disfrutamos de sus carreteras.

      No sé si te resuelvo algo, ¡si tienes más preguntas no dudes en escribirme!

      ¡Muchas gracias por leerme!

      Elena

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