Mi ruta por Japón en 10 días
Puente Shinkyo
Este verano, uno de los mejores amigos de Edu, mi compañero de aventuras, se fue a vivir a Tokio unos meses por cuestiones de trabajo. Nosotros vimos ahí la oportunidad perfecta para hacer un primer acercamiento a Japón y conocer una cultura que nos fascinaba. Así que no lo dudamos y compramos unos billetes Madrid-Tokio para julio de 2017.
Al comentarle a nuestros conocidos que nos íbamos nada menos que a Japón, la mayoría respondía diciendo cuánto deseaba conocer este país, qué les había gustado más si ya lo conocían, y lo mucho que íbamos a disfrutar. Sin embargo, cuando se enteraban de que sólo disponíamos de 10 días de vacaciones, sus caras pasaban a ser de horror y afirmaban que no merecían la pena tantas horas de avión para tan poco tiempo.
Pero eso no nos iba a echar atrás. Teníamos la oportunidad de visitar el país nipón y no la pensábamos desaprovechar. Así que ni corta ni perezosa me puse manos a la obra y me leí toda la información que llegó a mis manos para intentar sacarle el máximo partido posible a este viaje.
La ruta definitiva
Decidimos hacer base en Tokio y en Kioto, haciendo algunas excursiones interesantes a sitios de alrededor. A mí me llamaba más la atención la región de Kioto, sus templos, la tradición… Pero a Edu los neones y la tecnología de Tokio eran lo que más le atraía. Así que equilibramos ambas partes para disfrutar los dos de lo que era nuestro gran sueño y, en mi caso, mi primer viaje fuera de Europa (exceptuando Marruecos).
Palacio Imperial de Tokyo
La verdad es que fue muy difícil seleccionar el recorrido final. Me costó un esfuerzo inmenso renunciar a Miyajima, la isla con el torii que parece flotar en el agua… Uno de los grandes destinos con mayúsculas que sé que tengo que visitar antes de morir. Aunque me consuela pensar que eso hará que en algún momento de mi vida vuelva a Japón. Otra decisión difícil fue elegir entre Nikko y Kamakura para visitar desde Tokio. Hay tantos sitios increíbles en este país que creo que podría estar yendo cien veces y siempre querría regresar: la ruta de Kumano Kodo, los Alpes Japoneses, el castillo de Himeji…
Esta fue la ruta que seguimos:
- Días 1 y 2. Vuelo Madrid-Dubai-Tokio. Llegada a Tokio.
- Día 3. Kioto: Gion Matsuri. Norte de Kioto. Arashiyama.
- Día 4. Fushimi Inari Taisha y Nara.
- Día 5. Este de Kioto: templos de Higashiyama.
- Día 6. Centro de Kioto. Tokio: Shibuya y Takeshita Dori.
- Día 7. Excursión a Nikko. Cena en Odaiba.
- Día 8. Tokio: Harajuku, Yoyogi Park, Parque Imperial, Asakusa.
- Día 9. Tokio: Shinjuku y Akihabara. Vuelo Tokio-Dubai.
- Día 10. Escala en Dubai. Vuelo Dubai-Madrid.
Os dejo un pequeño esbozo de lo que fue nuestro viaje, aunque posteriormente habrá entradas específicas de cada día. Pero antes, os dejo una entrada con lo que yo considero mis imprescindibles en una primera vez en Japón.
Días 1 y 2. Vuelo Madrid-Dubai-Tokio. Llegada a Tokio.
Días 1 y 2. Vuelo Madrid-Dubai-Tokio. Llegada a Tokio.
El primer día y medio lo invertimos en el desplazamiento desde Madrid a Tokio, donde nos esperaba I. Nos hizo una primera ruta nocturna por Shiodome, dejándonos ya entrever lo que íbamos a encontrar el resto del viaje.
Día 3. Kioto: Gion Matsuri. Norte de Kioto. Arashiyama.
Cogimos el shinkansen (tren bala) rumbo a Kioto, para llegar a tiempo de los desfiles del Gion Matsuri, un festival increíble en el que participan las geishas y maikos (aprendices de geisha). Después visitamos el mercado Nishiki, y terminamos la mañana visitando Kinkaku-ji, el Pabellón Dorado. A continuación fuimos hasta Rioan-ji y su famoso jardín zen y, tras perdernos por Kioto, conseguimos llegar a Arashiyama, donde descubrimos un lugar increíble que no es sólo el bosque de bambú.
Día 4. Fushimi Inari Taisha y Nara.
Tras una parada en Fushimi Inari Taisha, el famoso templo de los mil toriis, fuimos a visitar el Parque de Nara, con sus encantadores ciervos. Allí pudimos ver el templo Todaiji y su Daibutsu, que es una de las estatuas de Buda más grandes de Japón. También pudimos disfrutar de los secretos del templo de Kasuga Taisha.
Día 5. Este de Kioto: templos de Higashiyama.
Nos dedicamos a visitar la región que concentra más templos de Kioto. Comenzamos por el sur, visitando Sanjunsangendo y sus mil estatuas de Kannon. Llegamos a Kiyomizu-dera, disfrutando de uno de los mejores templos que ver en Kioto, a pesar de las obras, y seguimos hasta el Maruyama Koen, el parque que se encuentra junto al barrio de Gion. Seguimos nuestro camino hasta Heian Shingu y sus espléndidos jardines, y terminamos nuestra ronda en Ginkakuji, el Pabellón de Plata. Por la tarde volvimos a Gion, donde asistimos al espectáculo de Gion Corner, y cenamos en un restaurante que nos regaló uno de los mejores momentos del viaje.
Día 6. Centro de Kioto. Tokio: Shibuya y Takeshita Dori.
Nos despedimos de Kioto visitando el Parque y el Palacio Imperial, y por último el increíble Castillo Nijo-jo. Tras un viaje en shinkansen de vuelta a Tokio, descubrimos el famoso cruce de Shibuya y el barrio de Harajuku.
Castillo Nijo
Día 7. Excursión a Nikko. Cena en Odaiba.
De nuevo en shinkansen nos fuimos a visitar Nikko, una preciosa ciudad en las montañas repleta de templos de un estilo completamente a los que habíamos visto. Visitamos el templo de Toshogu y el santuario Futurasan, y después hicimos una pequeña ruta por el bosque hasta llegar a las cascadas Shiraito y el santuario Takinoo. Cuando regresamos a Tokio, fuimos a cenar a un restaurante en Odaiba con vistas a la bahía con I y sus amigos.
Día 8. Tokio: Harajuku, Yoyogi Park, Parque Imperial, Asakusa.
Dedicamos la mañana a conocer Tokio: desayuno en Harajuku, visita al parque Yoyogi, pasando por el Santuario Meiji, llegando más tarde al Parque Imperial y sus jardines. Por la tarde íbamos a ir a un festival de fuegos artificiales en Asakusa, pero los viajes son impredecibles… Y cayó el diluvio universal sobre nosotros.
Día 9. Tokio: Shinjuku y Akihabara. Vuelo Tokio-Dubai.
Visitamos Hamarikyu-koen, un precioso parque entre rascacielos junto a la bahía de Odaiba, para posteriormente trasladarnos hasta Shinjuku y disfrutar de las vistas desde el edificio del Gobierno Metropolitano. El broche final fue Akihabara, el paraíso de la electrónica y el manga en Tokio… Y vuelta a Narita para coger nuestro avión…
Día 10. Escala en Dubai. Vuelo Dubai-Madrid.
Pero el viaje no había terminado. Una escala de 11 horas en Dubai nos permitió conocer el edificio más alto del mundo, el Burj Khalifa, y el centro comercial más lujoso que he visto hasta ahora. Y ya sí, nos montamos en el avión de regreso a casa…
Reflexiones post-viaje
Seguramente a estas alturas os preguntaréis si, ahora que hemos vuelto, considero que es suficiente tiempo. Si realmente merece la pena.
La primera es una pregunta difícil, aunque sobre la segunda no tengo dudas: mi respuesta es un rotundo SÍ. Ha sido una de las mejores experiencias de nuestras vidas, y desde luego que no nos arrepentimos de haber ido aunque haya sido tan poco tiempo. Claro que nos habría gustado quedarnos más. Como ya he comentado, hemos dejado muchas cosas en el tintero… Por ejemplo, en Tokio nos habría faltado al menos un día más.
Sin embargo, nos ha abierto las puertas a una forma completamente distinta de ver el mundo. A una cultura de contrastes donde lo viejo y lo nuevo son uno. Donde la tradición y la tecnología más futurista van de la mano.
Y no me canso de repetirlo, ¡dejar cosas pendientes es la excusa perfecta para volver! Yo lo tengo muy claro, queda aún mucho Japón para mí.
Así que la conclusión sobre esta pregunta es: si puedes ir, ve. No te arrepentirás. Si puedes ir más, mejor, pero no desaproveches las oportunidades que te da la vida. Una visita breve a este fascinante país es mejor que ninguna.
Quizá hayáis observado que cuando hablo de la organización de los viajes suelo hacerlo en primera persona. Eso es porque aunque las grandes decisiones las tomamos juntos, la que se dedica a estudiarse los destinos y ordenar las ideas soy yo… Edu dice que él prefiere disfrutar una vez allí y que confía en mi criterio. Definitivamente, ¡hay tantos tipos de viajeros como viajes en el mundo! Lo importante es que luego los disfrutamos los dos y siempre respetamos los gustos y ritmos del otro.
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Jardines de Hamarikyu
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