Días 1 y 2. Descubriendo la ciudad de San Diego

El vuelo a San Diego y la recogida del coche
Después de meses de preparación, lectura de blogs y de guías de viajes, reserva de alojamientos, compras de entradas… Llegó el día. Por fin era el 29 de Noviembre y eso significaba que cogería mi vuelo de Madrid a Londres, y desde allí llegaría a San Diego.

Como siempre, llegué con bastante tiempo al aeropuerto. Por ser mi destino final Estados Unidos, no me habían dejado hacer check in online, así que tuve que ir a los mostradores de Iberia, donde lo hicieron sin problemas. Tenía tiempo de sobra para desayunar, pero los nervios hacían que tuviera el estómago cerrado. Por fin anunciaron mi vuelo, y 2 horas y media más tarde aterrizaba en London Heathrow.

Una vez allí, tenía 4 horas de escala. Podía haber tenido menos, pero decidí coger este vuelo porque me daba miedo perder la conexión al ser en la alternativa demasiado justa la escala. La verdad es que la terminal estaba preciosa decorada de Navidad. Paseé por la tienda de Harrods y la de Harry Potter, mientras poco a poco iba asimilándolo. Mi viaje había comenzado. Me iba rumbo a la Costa Oeste de Estados Unidos.

(Fotos que he rescatado de Facebook hechas con mi móvil robado...)


El hambre por fin hizo su aparición, así que me fui a desayunar tranquilamente a un Starbucks hasta que llegó el momento de coger el vuelo de British Airways que me llevaría finalmente a mi destino. Tras 11 horas que transcurrieron sin incidencias, llegué, por fin, a las 17:00 hora local, a San Diego.

La verdad es que me asustaban un poco los trámites de entrada en el país, había oído de todo. Sin embargo, en mi caso, fue bastante rápido y ni siquiera me pidieron el documento del ESTA (creo que les aparecía en pantalla al ver mi pasaporte). Me preguntaron brevemente cuál era el motivo de mi visita (“turismo”) y si viajaba sola (creo que eso no les hacía mucha gracia, ya que les resultaba menos creíble la respuesta anterior), y me dejaron pasar.

Edu me esperaba allí. Afortunadamente, iba muy bien el wifi del aeropuerto así que nos encontramos rápido, y cogimos el shuttle de la compañía de alquiler de coches para ir a la sede de Dollar a recoger el nuestro. Aunque realmente hasta el sábado 1 (era miércoles) no comenzábamos el roadtrip propiamente dicho, Edu creía que nos resultaría útil tener el coche los primeros días en San Diego, así que decidimos alquilarlo desde el principio.

Cuando llegamos a la sede, tras comprobar nuestra documentación, nos hicieron pasar a la zona donde los tenían aparcados y nos dejaron escoger el coche que quisiéramos de los que fueran de la misma categoría del Ford Focus que habíamos reservado. Nos decantamos por un Nissan Versa plateado con un gran maletero, que pensamos nos sería bastante útil en el viaje.

Yo estaba agotada, así que nos fuimos directamente al AirBnb (del que prefiero no hacer comentarios) en el que se alojó Edu durante los 3 meses que estuvo en San Diego, y caí bastante rápido en los brazos de Morfeo.

Guía rápida de San Diego

Embarcadero de San Diego


Los dos primeros días Edu aún tenía que trabajar, por lo que me dedicaría a descubrir la ciudad de San Diego en solitario. Antes de ir me estuve informando para decidir qué era lo que merecía la pena visitar, dado que tenía un tiempo limitado.

Yo siempre tiendo a esquematizar las cosas mentalmente para entenderlas, así que para mí San Diego se podría dividir así:
  • Ciudad.
  • Playas.
  • Parques temáticos.
En cuanto a la ciudad, hay varias zonas diferenciadas:
  • Old Town. Se trata del corazón histórico de San Diego, siendo el primer asentamiento español de la zona. Pasear por sus calles es pasear por una mezcla de un pueblo mexicano con un pueblo del antiguo oeste. Fundamental para entender las raíces de la ciudad.
  • Downtown. Es el centro, la zona con más ambiente. Está dividido en varios barrios: Little Italy, Gaslamp Quarter, Embarcadero… Gaslamp Quarter es el barrio más animado, especialmente su Quinta Avenida llena de terrazas. El Embarcadero también es un imprescindible, con museos como el USS Midway o el Star of India.
  • Parque de Balboa. Es uno de los más grandes de Estados Unidos. Presenta varias áreas diferenciadas, museos y una torre desde la que se puede disfrutar de vistas de la ciudad.
  •  Isla de Coronado. Se puede llegar o en ferry desde el Embarcadero o por carretera. En ella hay playas, el famoso Hotel Coronado, y las mejores vistas del Downtown de San Diego. La mitad de la isla está restringida por ser terreno militar.
Playas en esta zona hay espectaculares. Las más conocidas son las siguientes:
  • La Jolla. La Jolla es la zona “pija” de San Diego, y es la que cuenta con las mejores playas. Tiene acantilados increíbles, colonias de leones marinos…
  • Mission Beach. Es una de las más famosas, y en temporada alta de las más transitadas. Junto a ella está Mission Bay, más tranquila.
  • Pacific Beach. En esta playa hay un increíble muelle hotel y mucho ambiente surfero.
  • Point Loma y Sunset Park. Aunque no es una playa lo incluyo en este apartado por ser parte de la costa. Se trata de un cabo con un faro desde el que incluso se pueden visualizar ballenas cuando es época.

Además de todo esto, en San Diego hay varios parques de atracciones muy famosos:
  • SeaWorld. Centrado en la vida marina, con espectáculo de fuegos artificiales incluido.
  • Zoo Safari. Se dedica a la protección de animales en peligro de extinción.
  • Belmont Park. Uno de los más tradicionales que se conservan.
De esta forma, organicé mis dos días en San Diego de la siguiente manera:
  • Día 1: Old Town. Downtown. Embarcadero.
  • Día 2: Pacific Beach. La Jolla Cove. Coronado Island.

Descubriendo el Old Town

 Old Town San Diego

Para moverme por allí decidí hacerlo en autobús. Hay una aplicación con la que se puede comprar un billete para un día por 5$ (Compass Cloud MTS). Al entrar no hay más que enseñarlo al conductor. Esto es muy útil, ya que si se quiere comprar billetes individuales sólo se puede pagar con la cantidad justa.

Me había bajado el mapa offline de Google Maps para no tener problemas a la hora de orientarme.

El apartamento de Edu estaba situado en La Jolla. Para llegar al Old Town debía coger un bus de la línea 30, que me llevaría directa hasta la allí. Tras cruzar las vías del tren por un túnel subterráneo, llegué a la entrada del Parque Histórico, y comencé a recorrerlo.





La verdad es que a mí este tipo de lugares me llaman la atención, impregnados de historia. Se trata del lugar donde se fundó San Diego. Los primeros edificios eran de adobe, siendo los más conocidos la casa Estudillo o la Escuela. Posteriormente llegaría la época de la construcción en madera.


Fui paseando con mi cámara, sorprendiéndome en cada esquina, y entrando en todas las casas y tiendas que se me ponían por delante. Descubrí una tienda preciosa donde vendían velas y jabones, otra con un mercadillo en un patio con productos mexicanos, otra que vendía fósiles y minerales… En muchas incluso los dependientes iban vestidos de época para mejorar la sensación de estar viajando en el tiempo.


Tienda mexicana en el Old Town

Todo era nuevo y diferente para mí. El ambiente era tranquilo: algunas familias, algunas parejas, y pocos turistas como yo. El hecho de ir sola me permitía llevar mi propio ritmo y pararme cada vez que algo merecía mi atención o la de mi Nikon.

Muchas de las antiguas casas ahora albergan museos (de entrada gratuita) en su interior, en los que se recrea cómo era la vida en el S. XIX, cuando esta zona estaba en pleno apogeo. El despacho del sheriff, un museo con antiguos coches de caballos, una herrería… Incluso hay una casa encantada, la casa Whaley.



Edificios del Old Town

La zona más animada se encuentra en torno al parque central, donde está el centro de visitantes. Desde ahí también se accede a una zona llamada Fiesta de Reyes, que es un inmenso patio con mucho encanto en el que hay un restaurante y varias tiendecitas. En el centro había un escenario con los Reyes Magos, donde parece que harían algún tipo de espectáculo navideño.



Invertí en la visita unas 2 horas, tras lo que decidí que había llegado el momento de trasladarme al centro de la ciudad.

Paseando por el Downtown

Cogí de nuevo el autobús número 30 y me dirigí hacia el Downtown. Me bajé en una avenida muy amplia desde la que pensé que llegaría fácilmente al Gaslamp Quarter (el Google Maps definitivamente me salvó el día, que si dependo de mi pésima orientación…). Como iba teniendo hambre (entre el jet lag y el ritmo de viaje los horarios los tenía un poco alterados) decidí entrar en una cafetería junto a la parada para comer. La comida y el precio no estaban mal, y desde mi mesa podía observar a la gente que pasaba por la calle, al otro lado del cristal. Indudablemente esto era Estados Unidos. Me llamó la atención la cantidad de vagabundos con su vida a cuestas que vi. Algo había oído sobre ello, pero impacta mucho más verlo. Sin embargo esto sería mucho más llamativo más tarde, cuando estuviera por el Embarcadero.



Paseando por Gaslamp Quarter 

La siguiente hora la dediqué a pasear por las avenidas del Dowtown. Me llamaban la atención lo edificios con las típicas escaleras de incendios que estamos hartos de ver en las series americanas. Por la Avenida de Broadway llegué a una plaza con un centro comercial, el Westfield Horton Plaza, y el teatro Balboa, en la que había gente joven, familias, músicos…


Arco de entrada a Gaslamp Quarter

Desde allí avancé hasta la Quinta Avenida (no he estado en Nueva York, ¡te prometo que era San Diego!), la más animada del Downtown, el epicentro de Gaslamp Quarter. Se trata de un distrito histórico donde los edificios han sido restaurados con su aspecto original del Siglo XIX, dándole un aspecto encantador. A cada paso surgen terrazas, bares, teatros… Desde luego si se quiere buscar ambiente este es el lugar correcto. Finalicé mi recorrido en el que en realidad es el comienzo de la avenida, el arco de bienvenida a Gaslamp, que había visto en varias fotos antes y me encantó.

Atardecer en el Embarcadero

Este paseo te deja junto al Centro de Convenciones de San Diego, en el Embarcadero. Así que crucé y me dirigí al paseo marítimo. Parece mentira siendo gaditana el tiempo que hacía que no veía el mar… Lo echaba realmente de menos. Me senté en un banco a contemplarlo mientras a mi lado pasaban chicos en monopatín con música en altavoces que animaban la escena. Rodeando el Centro llegué al Parque Sur del Embarcadero, un lugar calmado lleno de palmeras y gaviotas, donde me dejé llevar por la tranquilidad y la sensación que me embargaba de que sí. Todo esto era real. Estaba en San Diego, y el viaje que tanto tiempo llevaba deseando acababa sólo de comenzar.


Parque Sur del Embarcadero 

  Embarcadero de San Diego

Tras esto me dediqué a recorrer el paseo con el objetivo de buscar la “Estatua del Beso” (en realidad se llama “Embracing Peace”, pero yo no lo sabía y eso explica mis dificultades para hacerme entender cuando preguntaba por ella).

Me encontré con una zona de casitas de madera llenas de tiendas preciosas con productos indios, marinos, familias… Se llama Seaport Village y no había oído hablar de esta zona, realmente colorida y bonita. Estaba todo lleno de unas flores que me encantaron y que vería posteriormente en más lugares de California. Me dediqué a curiosear los productos que vendían y dejarme sorprender por cada cosa diferente que aparecía.





Seaport Village


Así, finalmente llegué hasta “mi destino”: encontré la estatua que buscaba poco después de salir de la zona comercial. Está en un parque, junto a un inmenso barco museo, el USS Midway, en el que no entré porque consideré que era excesivo pagar 18$... Tengo que decir que yo he visitado previamente otros barcos similares aunque algo más pequeños y me llamaba menos la atención.

Embracing Peace es una estatua muy famosa inspirada en una fotografía que se tomó en Times Square al finalizar la II Guerra Mundial, en la que un marinero besa a una enfermera para celebrarlo. Aunque genera opiniones de todo tipo, en San Diego se construyó representando la paz alcanzada, y su inauguración fue todo un evento al que incluso acudieron algunas parejas que se casaron durante esta guerra a renovar sus votos. A mí me pareció un lugar emblemático, que además ganaba romanticismo con los colores que comenzaba a adivinarse en el cielo con la cercanía de la puesta de sol. Además, es divertido ver cómo la gente intenta imitar la pose para hacerse la foto típica (no tengo nada en contra, pero verlo desde fuera es un espectáculo).


Embracing Peace y USS Midway

Si se continúa caminando junto a la bahía se llega hasta el Museo Marítimo de San Diego, que consta de varias embarcaciones antiguas que se pueden visitar en su interior, de entre las que destaca el velero “Star of India”, realmente espectacular. De nuevo no entré en el museo por el precio excesivo (creo que 18$), aunque si hubiera tenido más tiempo igual lo hubiera hecho. Se estaba haciendo de noche y quería coger el autobús de vuelta antes de que esto pasara.


Star of India


En los mástiles del viejo barco habían puesto unas guirnaldas con luces que le daban un aspecto realmente bonito (y que no conseguí fotografiar con éxito a pesar de todos mis esfuerzos, está claro que tengo que seguir aprendiendo…). Justo cuando me estaba rindiendo a mi frustración, escuché a unos niños gritar y miré en la misma dirección: ¡había una foca nadando entre los barcos! (Vale, puede que fuera un león marino… Me cuesta distinguirlo en tierra, con lo que dentro del agua, imposible). Apenas estuvo unos segundos a la vista, pero fue suficiente para reafirmarme en lo mucho que me gusta esta ciudad.



Embarcadero de San Diego

Cogí de nuevo el bus 30, y una hora más tarde estaba de vuelta en La Jolla. Habíamos quedado a cenar con los amigos de Edu en un grill en el que fue un encuentro realmente divertido e internacional: estadounidenses, chilenos, rumanos, chinos, españoles, italianos, daneses… Yo no he hecho nunca un Erasmus, pero debe de ser algo parecido.

Y así acabó el día, entre cervezas y hamburguesas (la primera de las miles que tomamos esos días). Compartiendo experiencias y soñando con todo lo que nos quedaba por vivir.

Podrás ver los capítulos que vaya publicando aquí.

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