Ruta de 4 días por los pueblos más bonitos de Málaga y el Caminito del Rey



Ahora que parece que vamos a poder empezar a viajar, al menos por España, recuerdo esta ruta que hicimos en el puente de octubre de 2018 por la provincia de Málaga, en la que descubrimos algunos de sus pueblos más bonitos y sus paisajes más impresionantes. Y es que, a pesar de ser gaditana, he explorado bastante poco la provincia vecina (el llevar más de 10 años viviendo en Madrid no ha ayudado). Sin embargo, había algunos lugares que tenía muchas ganas de conocer, por lo que, aprovechando que era algo más que un fin de semana, nos decidimos a bajar hasta Andalucía.

Nosotros lo organizamos “tipo roadtrip”, y dormimos cada día en un lugar distinto, aunque una buena idea puede ser establecer una base de operaciones en algún pueblo más céntrico y desplazarse desde allí.

Nuestra ruta fue así:
  •          Día 1: llegada a Nerja.
  •           Día 2: Nerja y Frigiliana.
  •           Día 3: Caminito del Rey y llegada a Ronda.
  •          Día 4: Ronda y vuelta a Madrid.

Nerja, el corazón de la Costa del Sol

Vistas desde el Balcón de Europa

El primer día fue casi íntegramente de desplazamiento. Habíamos alquilado una habitación en un hostal en el centro de Nerja con vistas al mar, pero no descubrimos el pueblo hasta el día siguiente.

Se trata de la localidad más occidental de la Costa del Sol, y una de las más importantes. Esta zona es conocida por sus paisajes costeros, el ambiente de sus pueblos, la gastronomía, y sí, la afluencia del turismo que llega atraído por sus playas. Si soy sincera, era un poco escéptica, ya que a mí el concepto de “vacaciones de sol y playa” no me llama demasiado la atención, pero descubrí un lugar con personalidad propia y vistas espectaculares al mar desde cada esquina, e incluso pude imaginarme viviendo por la zona.

La Cueva de Nerja

Cueva de Nerja

Una de las visitas que no nos queríamos perder en Nerja eran sus famosas cuevas, para lo que habíamos reservado las entradas con anterioridad (aunque no es imprescindible). El precio actualmente (junio de 2020) son 12€ por persona, e incluye el recorrido de la Galería Turística (la Galería Alta o la Galería Nueva no están abiertas al público).

Se trata de una de las cuevas más espectaculares de España, en las que se pueden observar imponentes estalactitas, estalagmitas, columnas y lagos subterráneos a través de un camino bien acondicionado y señalizado.

Además, es una de las cuevas de las que se tiene constancia de que estuvieron habitadas desde hace más tiempo: nada más y nada menos que unos 40000 años… Debido a esto, contienen muestras de arte rupestre (aunque la mayor parte está en las galerías no visitables).

A nosotros nos gustó bastante la visita. La cueva es enorme, preciosa y presenta muchas formaciones que resultan muy llamativas para personas no entendidas en la materia, como nosotros. Previamente habíamos visitado en Cantabria la cueva de “El Soplao”, también impresionante, pero no por ello nos sorprendió menos.

Recorriendo Nerja

Callejeando por Nerja

Nerja es conocida, además, porque en ella se grabó la famosa serie “Verano Azul”, y puede verse el barco de Chanquete, “La Dorada”, en la entrada de un parque llamado como la serie.
Uno de los puntos más conocidos es un imponente mirador, llamado “El Balcón de Europa”, desde el que se observan las casitas blancas recortadas contra las colinas verdes, con la Playa de la Calahonda, de arena dorada, y el azul del Mediterráneo en un primer plano.

Recorrer sus calles y descubrir rincones con mucho encanto, curiosear sus tiendecitas o tomarse una cerveza con vistas al mar son algunas de las cosas que se pueden disfrutar en ella.

Rincones de Nerja

En el momento de nuestra visita, había una celebración en la localidad (la Virgen de las Angustias), por lo que encontramos las calles decoradas, escenarios junto al ayuntamiento o incluso un desfile.

Tras un buen paseo en el que disfrutamos de las vistas que encontramos tras cada esquina y caminamos junto al mar, nos despedimos de Nerja en un restaurante junto al Balcón de Europa, donde almorzamos acompañados por la brisa y la visión del mar…

Frigiliana, el pueblo de las tres culturas

Atardecer en Frigiliana

Nuestra siguiente parada era Frigiliana, un precioso pueblo en la comarca de la Axarquía de casitas encaladas, encaramadas en la ladera de una montaña, que forma parte de la lista de “Los Pueblos Más Bonitos de España”. Con esta carta de presentación, no podíamos perdérnoslo…

En los últimos años, ha ido ganando en popularidad, y es que realmente merece la pena la visita. Mantiene una fuerte influencia de su pasado, en el que convivían la cultura cristiana, la judía y la musulmana, lo que queda muy patente en las tiendas de artesanía que inundan sus calles empedradas. A mí me encantó curiosearlas, y no pude resistirme a comprar un bonito farolillo que actualmente decora mi salón.

Puertas de Frigiliana

Otra de las señas de identidad de Frigiliana son sus puertas y ventanas, pintadas en su mayoría en tonos azules, aunque pudimos ver algunas verdes e incluso moradas. El conjunto cromático es espectacular, y si se suman las abundantes plantas que decoran sus callejuelas gana aún más.

Eso sí, como he comentado previamente, está en una ladera, por lo que recorrerla supone un continuo subir y bajar cuestas y escaleras, con el premio de unas increíbles vistas de las montañas y el mar.

Callejeando por Frigiliana

Nosotros aparcamos cerca de la Plaza de las Tres Culturas, y desde allí comenzamos el camino ascendente hacia el barrio morisco, disfrutando de los múltiples rincones que iban apareciendo, y parando a hacer miles de fotos.

Finalmente, llegamos a un mirador en la parte alta, desde el que pudimos ver un atardecer espectacular, que celebramos tomándonos una cerveza yo y Edu un refresco, antes de seguir nuestro camino hacia la pequeña localidad de Álora, donde haríamos noche.

Atardecer en Frigiliana

Recorriendo el Caminito del Rey

El Caminito del Rey se trata de un sendero en el interior del Desfiladero de los Gaitanes, con paredes verticales que alcanzan los 700 metros de profundidad, y zonas en las que apenas hay una separación de 10 metros entre ellas. Se trata de uno de los lugares más conocidos de la provincia de Málaga, desde que hace unos años, en 2015, se acondicionara el camino para el turismo.

Sendero de entrada al Caminito

Previamente, tenía el sobrenombre de “el camino más peligroso del mundo”, cuando la única forma de recorrerlo era un sendero estrecho, irregular, no preparado y sin ningún tipo de protección, al haberse deteriorado por el uso y el abandono. Fue creado como camino de mantenimiento de un canal hidráulico y lo inauguró el Rey Alfonso XIII, del que toma el nombre.

Actualmente, se trata de un camino sin apenas dificultad, de 7,7 Km, de los que 2,9 Km son las famosas pasarelas que protagonizan todas las fotos. Sin embargo, hay que decir que el resto del recorrido también es realmente bonito.

Caminito del Rey

Se puede hacer en un único sentido, ya que dado lo estrecho del camino y la afluencia de visitantes, las visitas están reguladas y requieren la compra de una entrada con antelación por el precio de 10€ (18€ la visita guiada). Debido a esto, existe un autobús lanzadera por 3,5€ que lleva desde la salida, al sur, al norte. Hay aparcamiento en ambas zonas, por lo que se puede utilizar el bus al principio o al final. Otra opción es llegar en tren, con parada en la estación de “El Chorro”.

En nuestro caso, al intentar comprarlas apenas un mes antes, nos encontramos la sorpresa de que no había entradas disponibles. Ante esta situación, se pueden aún buscar opciones: la primera consiste en madrugar, ya que a primera hora quedan a la venta algunas entradas (desconozco si con el tema del coronavirus esto seguirá siendo así). La segunda, que escogimos nosotros, es buscar un pack de hotel + entrada al Caminito, ya que muchos establecimientos de la zona cuentan con tickets reservados para sus clientes.

Caminito del Rey

Al llegar a la taquilla, hay que hacer una cola hasta que llegue tu turno, te dan un casco (por el posible riesgo de pequeños desprendimientos) y se comienza a caminar. Aunque se entre “en grupo”, realmente no hay obligación de ir a la vez que el resto, por lo que enseguida puedes quedarte atrás y disfrutarlo algo más tranquilo. Eso sí, muy difícilmente vas a estar solo, ya que, como he comentado, es un lugar muy frecuentado.

Casi al final, se llega por fin al puente colgante, protagonista de la mayor parte de las fotos. Tengo una afición por este tipo de puentes, y me encantó la sensación al cruzarlo y sentir cómo se mecía.

Puente del Caminito del Rey

Al salir del desfiladero, las vistas son espectaculares, ya que se pueden observar las paredes verticales desde fuera, con la entrada al túnel de ferrocarril… Tras un corto paseo, un último control donde se devuelven los cascos, y la visita habría finalizado.

Vista del Desfiladero de los Gaitanes desde fuera

Nosotros disfrutamos mucho el recorrido. Nos pareció muy seguro y en muy buen estado, y las vistas del desfiladero son realmente impresionantes... Sin duda, un lugar que visitar si se está por la zona.

Ronda, el final perfecto

Nos dirigimos a continuación hacia Ronda, que sería la última etapa de nuestra escapada. Habíamos planificado pasar allí la noche, para poder dedicarle toda la tarde del sábado y la mañana del domingo, ya que nos iríamos después de comer.

Ronda es sin duda uno de esos lugares que deben visitarse sí o sí, porque es sencillamente espectacular. Su emplazamiento en las alturas y el paisaje que la rodea hacen que su vista sea difícil de olvidar (si tienes dudas, me remito a la foto que encabeza este post). Si tuviera que quedarme con uno sólo de los puntos que visitamos en esta ruta por Málaga, sin duda la escogería.

Te voy a dejar un mapa con los principales puntos a visitar en Ronda:


Nuestra visita comenzó fuera de las murallas árabes, donde almorzamos en uno de sus restaurantes. Finalizada la comida, paseamos por ellas (visita gratuita), tras atravesar la Puerta de Almocábar, del Siglo XIII, obteniendo una vista de la ciudad desde las alturas.

Después de esta corta visita, tras dejar el equipaje en el apartamento que habíamos alquilado, comenzamos a recorrer sus calles y a disfrutar de su ambiente.

El primer lugar al que nos dirigimos, casi por inercia, tras pasar por la siempre concurrida Plaza del Socorro, fue a la Alameda del Tajo, un bonito parque que enseguida sorprende, ya que da a parar al Paseo de los Ingleses, formado por unos balcones que cuelgan de los acantilados sobre los que se erige la ciudad. Y es que la ubicación de Ronda hace que haya miradores en cada esquina, cada uno con mejores vistas que el anterior. La luz de la tarde hacía que fuera aún más especial.


Vistas desde el Paseo de los Ingleses

Desde allí, continuamos caminando, pasando junto a la plaza de toros (no nos detuvimos ya que no nos interesaba mucho esta visita) hasta llegar al Mirador de Ronda (vulgarmente llamado “Mirador del Coño”, ya que se dice que los visitantes no pueden evitar exclamar esto al llegar allí). Sin embargo, para mí la imagen perfecta no es la que se obtiene desde él, sino la que se consigue desde el otro lado del Tajo, con el templete dominando la escena.


Mirador de Ronda

Así, llegamos al punto más emblemático de Ronda: el Puente Nuevo, que, a pesar de su nombre, fue finalizado en 1793, uniendo la parte moderna y la antigua de la ciudad. La vista impresiona, ya que tiene una altura de nada más y nada menos que 100 metros sobre la garganta que forma el río Guadalevín.

Nuestro paseo nos llevó callejeando hasta la plaza de María Auxiliadora, desde la que comienza un camino de descenso hasta un mirador no oficial, donde se disfruta de las mejores vistas del puente (de nuevo te mando a la foto que encabeza el post). Yo no pude resistirme, así que me lancé hacia él. El atardecer teñía de dorado las rocas y una pequeña cascada caía bajo el puente. La imagen sin duda mereció la pena la subida de después. Y, como premio, nos tomamos una cervecita con vistas al atardecer en la plaza.

Terminamos el día tapeando por el centro (otra muy buena idea en Ronda), antes de irnos a descansar, ya que aún quedaba la última jornada de viaje y el camino de vuelta.

Llegó el domingo, y había que aprovecharlo al máximo. Lo comenzamos desayunando unos churros que estaban de muerte en un bar minúsculo junto a nuestro apartamento, y empezamos nuestro recorrido.


Puente Nuevo
Llegamos de nuevo al centro y nos dirigimos hacia el puente, que nos pareció muy diferente al día anterior, en que lo habíamos visto al atardecer e iluminado por la noche. Grupos de turistas se agolpaban junto a los balcones, impresionados. Sin embargo, nosotros no cruzamos, ya que nuestra primera visita se encontraba muy cerquita: los Jardines de Cuenca


Jardines de Cuenca y Puente Viejo

Parece mentira como un lugar tan bonito y situado al lado del puente puede ser tan tranquilo y solitario. Se trata de un parque formado por varias terrazas escalonadas, llenas de flores, que en todo momento tiene vistas del Tajo, e incluso del Puente Nuevo desde el lado contrario al habitual. Merece mucho la pena el pequeño desvío, ya que se disfruta mucho la visita. Lo atravesamos hasta llegar al Puente Viejo, menos espectacular que el nuevo, pero también con mucho encanto y vistas a la campiña.


Vistas desde los Jardines de Cuenca

Junto a él se encuentran los Baños Árabes, que dejaremos para otra ocasión. Nosotros decidimos visitar la Casa del Rey Moro, cuya entrada cuesta 5€. Contiene una casa de estilo neomudéjar (actualmente no visitable), los Jardines del Rey Moro, y la Mina del Agua, de origen nazarí, en el siglo XIV. Está excavada en las paredes del desfiladero, y descendiendo por su interior se llega hasta la base del mismo, a la altura de las aguas del río. El jardín es también muy bonito, y tiene un bar desde el que disfrutar de un té con vistas. A nosotros nos gustó mucho la visita, por lo bonita y diferente que es.


Vista del Tajo desde las Minas del Agua

Otras lugares de interés en Ronda, aunque nosotros no los incluimos por falta de tiempo, son el Palacio de Mondragón, situado junto a la plaza de María Auxiliadora que hemos nombrado previamente, los Baños Árabes, junto al Puente Viejo, o la Plaza de la Duquesa de Parcent, en la que se sitúa la el Ayuntamiento y la Parroquia Santa María la Mayor, monumentales. Los he dejado anotadas en el mapa por si te es útil.

Nuestro tiempo en Ronda llegaba a su fin. Volvimos cruzando el Puente Nuevo y, tras tomarnos unas tapas en la Plaza del Socorro, nos dirigimos al coche y emprendimos el camino de regreso, tras una escapada que había superado mucho nuestras expectativas…


Espero que te haya gustado nuestra escapada por Málaga. Desde luego es una provincia con mucho que ofrecer, y nosotros apenas hemos comenzado a conocerla. ¡Espero que podamos seguir compartiendo experiencias como ésta!

Aquí tienes otras escapadas nacionales que merecen mucho la pena.

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