Escapada a Bélgica en 3 días: preparativos y primeros pasos en Bruselas



Este año he tenido un reparto de las vacaciones un poco raro, y me encontré con una quincena libre en septiembre, en la que Edu trabajaba.

Estaba claro que no iba a quedarme en casa, aunque a mí lo de viajar sola por ahora no me llama demasiado. Decidí que aprovecharía para hacer varias escapadas, de manera que pudiera aprovechar los días.

La primera de ellas fueron 3 días conociendo las principales ciudades del país belga: Bruselas, Brujas y Gante. La segunda ya os la conté: conocí la maravillosa región de Cinque Terre. La última escapada fue algo más cerquita, aunque no por ello menos especial: descubrimos el maravilloso Valle de Liébana, un tesoro oculto en Cantabria.

Esta escapada fue muy especial porque la hice acompañada de alguien muy importante para mí, que además no ha tenido la oportunidad de conocer muchos lugares del mundo y a la que hacía especial ilusión venir conmigo: mi madre. Fue, por tanto, una ocasión para estrechar lazos madre-hija además de disfrutar de todo lo que Bélgica tenía para ofrecernos.

Mi madre y yo en Gante

Preparativos

Vuelos y desplazamientos

Sin más, me puse manos a la obra para encontrar unos vuelos Madrid-Bruselas, que nos costaron unos 100€ (por persona). El de ida llegaba hasta Bruselas Charleroi, y la vuelta era desde Zaventem.

En el primer caso, para llegar desde Charleroi hasta la propia ciudad de Bruselas, decidimos hacer ese trayecto en autobús, por 14€ por persona, en aproximadamente 1 hora. La empresa era Brussels City Shuttle, y la verdad es que funcionó muy bien. Debido al retraso de nuestro vuelo llegamos bastante más tarde de la hora reservada y nos dejaron coger el autobús sin problemas.

En el segundo caso, llegamos al aeropuerto de Zaventem en tren, ya que el último día lo pasaríamos en Gante y hay trayectos directos. Existe un suplemento adicional sobre el precio normal del billete para llegar al aeropuerto, y el trayecto desde Bruselas es de 20 minutos.

Para movernos entre las diferentes ciudades que íbamos a visitar, decidimos escoger también el tren como mejor opción, ya que es rápido y cómodo. Bruselas, Brujas y Gante forman parte de la misma línea de ferrocarril, con unas distancias aproximadas de una hora entre Bruselas y Brujas y media hora desde cada una hasta Gante (se encuentra en la mitad del camino).

Alojamiento

Hotel Ensor en Brujas

En cuanto al alojamiento, inicialmente pensábamos dormir las dos noches en Bruselas y hacer visitas de un día a las otras dos ciudades, pero decidimos que pasaríamos una noche en Brujas para poder disfrutarla con más calma y un ambiente más tranquilo, lo que me parece todo un acierto.

La primera noche la pasamos en Bruselas, en un hotel cercano a la Grand Place normalito pero correcto, aunque de precio quizás demasiado elevado. Me plantearía repetir por la ubicación, pero haría una búsqueda profunda antes.

En Brujas escogimos un hotelito junto a un canal, justo en el límite del centro histórico, que me encantó. Su nombre es Hotel Ensor, y éste sí que lo recomiendo. El precio, además, no era muy elevado, quizá porque fuimos entre semana. Nuestra habitación tenía vistas al canal y era bastante amplia. El dueño era muy amable y nos dio muchas recomendaciones sobre qué visitar (en inglés).

Nuestro planning

  •          Día 1. Llegada. Visita a Bruselas. Noche en Bruselas.
  •      Día 2. Brujas. Noche en Brujas.
  •          Día 3. Visita a Gante y vuelta.

Día 1: Un paseo por Bruselas

Callejeando por Bruselas

Fíjate en que no he dicho “conociendo Bruselas”, “principales visitas de Bruselas” o algo así… La verdad es que habíamos comprado un vuelo que llegara temprano para intentar aprovechar el día lo más posible (dentro de que es una ciudad que probablemente requiera más tiempo), pero fuimos recompensadas por nuestro madrugón con un retraso de 2:45 h de nuestro vuelo. Parece ser que las compañías tienen muy interiorizado que la compensación económica es a partir de las 3 h de retraso…

En cualquier caso, llegamos a Bruselas ya a la hora de comer, por lo que aún sin habernos acomodado paramos en un Subway para quitarnos el hambre y el mal humor por el tiempo perdido. Ya repuestas, cogimos el tren desde Brussels Midi (la estación donde nos dejaba el autobús del aeropuerto) hasta Brussels Gare Central, situada en pleno centro histórico y apenas a 5 minutos de la Grand Place y de nuestro alojamiento.


Grand Place

Una vez hecho el check in, decidimos que había llegado el momento de comenzar a conocer la ciudad. Y qué mejor forma que dirigirnos hacia la Grand Place, de la que habíamos oído que es una de las plazas más bonitas del mundo. Yo no sé si es la más bonita, pero sin duda es espectacular. Las casas gremiales, el ayuntamiento majestuoso y, justo enfrente, la Maison du Roi dejan una imagen difícil de olvidar. Si a eso sumamos artistas con su exposición de pinturas, pompas de jabón y olor a chocolate tenemos un lugar realmente encantador.

Artistas en la Grand Place

Porque Bruselas, y en general Bélgica, HUELE A CHOCOLATE Y A GOFRES. Te puedes imaginar que dimos cuenta de unos pocos… Cuando nos enteramos de que existen dos tipos, unos propios de Bruselas, de mayor tamaño y consistencia, y otros propios de Lieja, decidimos que teníamos que probar ambos. Los que solemos ver por España son del tipo “oriental” (más bien están inspirados en esos… El sabor no tiene comparación). Aunque estamos acostumbrados a verlos con todo tipo de adornos, frutas y siropes, allí se toman típicamente sólo con azúcar. En nuestro caso tomamos uno de esta manera, y el resto con chocolate, lo sentimos, pero es que ¡estaba demasiado bueno! No diré qué tipo fue nuestro favorito, en el que coincidimos las dos, para que los probéis.

Dado que contábamos con un tiempo tan limitado, pensamos que una buena opción de conocer al menos el centro histórico y enterarnos era mediante un freetour, así que, dado que justo en ese momento iba a comenzar uno, decidimos unirnos. Me parece una opción recomendable para conocer la ciudad. Nos contaron la historia de las casas gremiales y la simbología de cada una, nos descubrieron la asimetría del ayuntamiento, y nos contaron varias leyendas.

Murales en Bruselas

A continuación, continuamos nuestro paseo, en el que vimos varios grafittis (en Bruselas hay toda una cultura de street art dedicado a los cómics, existiendo incluso rutas específicas para conocer los principales murales y un Museo del Cómic), y llegamos al Manneken Pis. Inicialmente, reconozco que me decepcionó un poco. Es una estatua bastante pequeña situada en una esquina… Sin embargo, nuestro guía hizo un gran trabajo y nos contó las distintas teorías sobre su origen, la importancia que tiene allí, siendo protagonista de la mayor parte de eventos que ocurren en Bélgica, con un traje para cada ocasión… Y finalmente consiguió ganarse un lugar en mi corazoncito. No uno gigante, pero sí un huequecito.

Manneken Pis

Desde allí fuimos callejeando hasta el Barrio de Sablon, donde visitamos algunas iglesias bastante impresionantes, entre las que destacaría Notre Dame du Sablon, con sus fantásticas cristaleras. Nos llamó la atención que, en vez de los bancos corridos que presentan las iglesias españolas, allí hay sillas. Y mi madre, que de esas cosas entiende, le preguntó al guía. Resulta que en los países del norte de Europa, en especial en Bélgica o los Países Bajos, las iglesias se utilizan igual para las ceremonias religiosas, que se alquilan para conciertos, o incluso fiestas privadas.

Pero en el Barrio de Sablon no sólo hay iglesias, sino que se encuentran las principales tiendas de los chocolateros más importantes de Bélgica, entre los que se podrían destacar Neuhaus, Leónidas o Godiva.

Llegamos hasta el Palacio de Justicia, donde pudimos disfrutar de un mirador desde el que se veía a lo lejos el Atomium (visita pendiente para la próxima). El Palacio estaba cubierto de andamios, pero según nos comentaron es su estado habitual.

Seguimos nuestro camino hasta el Museo de Bellas Artes, pasando por el Palacio Real, y llegamos hasta la que para mí es una de las vistas más bonitas de la ciudad: la que se disfruta desde el Mont des Arts.

Museo de Bellas Artes

Nuestra siguiente parada, una vez finalizado el freetour, fue hasta la primera cafetería que vimos, donde disfrutamos de un enorme gofre al estilo bruselense (estábamos desmayadas después de todo el día).

Seguimos el paseo, ya por nuestra cuenta, hasta las famosas Galerías Saint Hurbert, repletas de tiendas carísimas y restaurantes de alto nivel. Desde allí nos dirigimos callejeando hasta la zona donde nos habían dicho que había más ambientillo nocturno y podríamos cenar a buen precio, cerca de la Rue de Bouchers (la calle más famosa y, por tanto, más turística).

Tras unas gigantescas cervezas y una tabla de quesos, finalizamos el día visitando la Grand Place, ahora iluminada, disfrutando de su ambiente tan animado y cosmopolita.

Como has podido ver, el día no comenzó muy prometedor, pero resultó ser muy disfrutable y lleno de sorpresas. Eso sí, si ya nos había gustado lo que habíamos visto, no sabíamos lo que nos esperaba en los próximos días…

Casas gremiales en la Grand Place

Mi opinión de Bruselas

A Bruselas fui con unas expectativas bajas, si soy sincera. Pensé hasta en saltármela, pero a mi madre le hacía ilusión y fuimos. La verdad es que estaba equivocada sobre ella. Es una ciudad mucho más bonita de lo que esperaba, con mucha vida, y es una muy buena puerta de entrada a Bélgica. Aun así, considero que le dedicamos muy poco tiempo (no me arrepiento dado lo apretada de nuestra agenda, pero de haber sido posible me habría gustado disfrutarla un poquito más). Además, creo que tiene mucho que ofrecer. Es una ciudad con mucha historia, una gastronomía por todos conocida pero no por ello menos atractiva, y opciones para todos los gustos: catedrales, street art, cómics, chocolate…

Una de las cosas que más me gusta de viajar es irme quitando prejuicios y atreverme a juzgar las cosas por mí misma, no sólo por lo que me han contado. Y tengo que decir que normalmente me llevo bastantes sorpresas si voy con la mente abierta…

Vistas desde el Mont des Arts

Espero que te haya gustado mi experiencia en Bruselas. Aquí te dejo los posts de Brujas (que va con visita sorpresa) y de Gante, dos ciudades realmente espectaculares de las que sí que no he oído nada malo (y no me sorprende).


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