Escapada por Bélgica en 3 días III: qué ver en Gante en un día


En posts previos os he ido contando los primeros días de la escapada a Bélgica en 3 días. En éste, me voy a centrar en contar los principales atractivos de otra de las ciudades más bonitas de este país: Gante.

Aunque no tan conocida como Brujas, Gante es, sin duda, un acierto en cualquier ruta por Flandes. Al encontrarse entre dos ríos, ha sido una importante ciudad portuaria, lo que junto a años de influencia medieval, hace que tenga una personalidad muy diferente a las dos ciudades que ya hemos visitado.

En la actualidad, tiene mucho ambiente universitario, está repleta de rincones con encanto y de actividades que impiden aburrirse durante la visita.

Y no le falta historia. Vio nacer nada más y nada menos que a Carlos I de España y V de Alemania, lo que queda patente a lo largo de la visita en múltiples lugares.

Llegada a Gante y primeras impresiones

Salimos de Brujas temprano, con la idea de aprovechar al máximo las horas que nos quedaban en Bélgica (nuestro vuelo salía esa misma tarde de Bruselas).

Cogimos nuestras maletas y nos dirigimos hacia la estación de tren. Media hora más tarde, estábamos en la estación de Sint-Pieters, la principal de Gante. Tras conseguir encontrar las taquillas donde dejar el equipaje, y monedas para pagar el tranvía (importante: no aceptan tarjetas), comenzamos nuestro recorrido.

Al igual que en el post de Brujas, voy a marcar en un mapa los principales puntos que visitamos, para que puedas orientarte:



La estación está algo alejada del centro, por lo que una opción más cómoda es tomar el tranvía (línea 1) dirección a Gravensteen, el punto de partida de nuestra ruta.

Plaza de Gravensteen

El tranvía nos deja en la puerta del castillo de Gravensteen, que veremos después. Nuestra primera parada es la Oficina de Turismo, donde el personal, muy amable, nos explicó qué era lo que no nos podíamos perder y nos proporcionó un plano de la ciudad. Se encuentra en una plaza donde ya observamos las primeras casas gremiales.

Castillo de los Condes de Flandes

Una vez recabada toda la información, decidimos comenzar con la visita al interior del castillo de los Condes de Flandes, o de Gravensteen (¿te he dicho ya cuánto me gustan los castillos?), una imponente fortaleza medieval con origen en el siglo XII que en la actualidad se encuentra perfectamente restaurada.

La entrada son 10€, e incluye la audioguía. En el interior hay un Museo de la Tortura, pero el punto más interesante de la visita es el ascenso a la Torre del Homenaje, desde la que se disfruta de increíbles vistas de la ciudad.


Visita al Castillo de los Condes de Flandes

A continuación, paseamos entre canales y casas de colores hasta llegar a una de las zonas más bonitas de Gante: Graslei, el muelle de las hierbas, y Korelei, el muelle de los granos, antiguo puerto, en el que se encuentran las casas gremiales más bonitas (especialmente en el primero).

Graslei

Nosotras decidimos hacer un paseo en barco por el río Lys, en el que nos fueron explicando cómo evolucionó la ciudad a lo largo de la historia, a qué se dedicaba cada uno de los gremios, cómo le afectó la Revolución Industrial… Fue muy interesante, y nos permitió tener un punto de vista diferente. Pasamos por la Lonja de la Carne y otros edificios históricos, y llegamos hasta Rabot, una puerta medieval donde acaba uno de los canales principales.



Canales de Gante


Descubriendo el centro histórico

Finalizado el paseo en barco, continuamos caminando hasta el puente de San Miguel, una de las estampas más bonitas de Gante, con la Iglesia de San Miguel en uno de los extremos. Visitamos su interior, y nos volvió a llamar la atención la ausencia de bancos, en lugar de los cuales hay sillas. Como curiosidad, debido a que se quedaron sin fondos a medio construirla, la torre de la iglesia quedó inacabada.

Puente de San Miguel

Desde el puente se visualizan las tres torres que dominan el skyline de Gante: la de la iglesia de San Nicolás, la torre Belfort y la de la catedral de San Bavón.

Tras cruzarlo, recorrimos una calle comercial hasta la Torre Belfort, el campanario, desde la que se obtienen unas impresionantes vistas de la Iglesia de San Nicolás, espectacular iglesia gótica (quizá la más bonita de Gante). Está situada junto a la Lonja de los Paños, y la entrada son 6€. En su interior se encuentra la campana Roland, que advertía a los habitantes de la ciudad de que se acercaban los enemigos.

Sin embargo, el templo más famoso de Gante es la Catedral de San Bavón, en cuyo interior se encuentra el cuadro más famoso de la ciudad: el tríptico titulado “La adoración del cordero místico”, obra maestra de Van Eyck. Como hecho histórico destacable, en ella se bautizó a Carlos I de España. Aunque la entrada a la catedral es gratuita, hay que pagar por ver el cuadro, algo que nosotras no hicimos.

Ayuntamiento de Gante

Seguimos recorriendo el centro histórico, cada vez más lleno de turistas, paseando entre tiendas de souvenirs, hasta que llegamos al ayuntamiento. Es muy curioso, porque cada una de sus fachadas tiene un estilo arquitectónico. Una es del estilo más característico de Bélgica, el gótico flamígero, y la otra es renacentista.

Desde ahí, encontramos cerca la Iglesia de Santiago, situada en una plaza rodeada de casitas de colores. Llaman la atención las dos torres puntiagudas de su entrada, así como otra mayor que tiene en su parte posterior.

Plaza de Santiago

Junto a esta placita está una de las más importantes de Gante, Vrijdamarkt, rodeada de casas gremiales, en cuyo centro se sitúa una estatua de Jacobo Van Alteverde “el hombre más sabio de Gante”, que señala en dirección a Inglaterra. Fue aquí, en uno de las terrazas que rodean la plaza, en donde comimos. La verdad es que el restaurante era bastante turístico, quizá no fue nuestra mejor elección del viaje.

Después de descansar y tomarnos un café, quisimos conocer uno de los barrios con más ambiente de Gante, Patershol. Al pasear entre sus calles uno se siente trasladado siglo XVII, cuando sus habitantes aún eran los tejedores de la ciudad. A pesar del turismo creciente, aún mantiene su alma. El mejor plan es no tener ningún plan. Dejarse llevar por el encanto de sus callejuelas y, simplemente, disfrutar.



Patershol

Nuestra visita a Gante estaba a punto de terminar. Teníamos que tomar un tren que nos llevara al aeropuerto. Esa misma tarde teníamos el vuelo de vuelta a Madrid. Pero antes, quisimos recorrer de nuevo el puerto de Graslei y Korelei, para quedarnos con la imagen más bonita de la ciudad.

Finalizando la visita

Como ves, es realmente fácil moverse por Gante. Las principales atracciones pueden descubrirse en un agradable paseo, no siendo necesario tomar transporte público más que para llegar hasta el centro.

A nosotras es una ciudad que nos sorprendió para bien. Nos encantó pasear entre sus canales, observando el reflejo de las fachadas en el agua, como en el resto de Bélgica, con olor a chocolate y gofre.

Lonja de la Carne

Nuestra escapada a Bélgica llegaba a su fin, pero realmente fue una experiencia que disfrutamos, y nos quedamos con ganas de haber tenido más tiempo para seguir explorándola (como me pasa en todos los lugares que merecen la pena).

Si te has perdido los posts de Bruselas y Brujas, puedes leerlos pinchando en estos enlaces.


Como siempre, si tienes alguna duda o sugerencia, ¡no dudes en dejar un comentario!

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