Qué ver y hacer en las Islas Cook


En otro post te conté cómo organizamos nuestra luna de miel por Nueva Zelanda y las Islas Cook por libre.

En esta ocasión, quiero contarte algunos de los principales atractivos que tiene este archipiélago, tan desconocido para la mayoría, pero que no vas a poder olvidar una vez hayas oído hablar de él.

Islas Cook, un paraíso en el Pacífico

Pero, ¿qué son las Islas Cook? ¿Y dónde están? Son quizás las primeras preguntas que te hagas, y que he oído muchas veces, cada vez que trataba de explicarle a alguien el destino de nuestro viaje.

Tratando de simplificar, siempre decía que, si buscas en el mapa del mundo el Océano Pacífico, y haces mucho zoom, separado de todo lo demás, las encontrarás. Me hizo mucha gracia cuando el guía del tour que hicimos por Aitutaki utilizó la misma expresión para definirlas.

Ahora ya en serio, se trata de un país formado por quince islas, que forman parte del llamado triángulo polinesio, al que pertenecen también, por ejemplo, Hawaii, la Isla de Pascua o la Polinesia Francesa. De hecho, todos estos países tienen muchas similitudes culturales, a pesar de la distancia que los separa. Y algunas de estas características son también comunes a la cultura maorí de Nueva Zelanda (quizás debería decir culturas, ya que no es una única). ¿Has visto la película de Disney “Vaiana”? Los maoríes creen que, hace muchos años, llegaron a Nueva Zelanda en barco, procedentes de estas islas. Yo no soy ninguna experta en todo esto, así que no voy a profundizar más, pero es realmente interesante. Fue una buena forma de introducir nuestro viaje también…

Actualmente, a pesar de ser un país independiente, mantiene vínculos políticos con Nueva Zelanda y, aunque tienen moneda propia (el dólar de las Islas Cook), también está ampliamente aceptado el neozelandés.

La isla de mayor tamaño, Rarotonga, es en la que se encuentra la capital del país, Avarua. Es también la que presenta mayor oferta hotelera y de atención turística. Otra de las más visitadas es la paradisiaca Aitutaki, rodeada por una laguna triangular de aguas turquesas con varios motus (islotes). Nos hubiera encantado conocer alguna de las otras islas, pero esto supone mucho tiempo y económicamente no son muy accesibles, aunque seguro que merece la pena si se consigue.

Existen vuelos directos a Rarotonga desde Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda. En nuestro caso, fuimos desde Auckland (NZ). Para volar a cualquiera de las otras islas debe hacerse desde la isla principal.

Después de esta breve introducción, ahora sí, quiero contarte las cosas que ver y hacer en las Islas Cook, especialmente en Rarotonga. Te voy a dejar un mapa de la isla con los principales puntos marcados.




Maravillarte con sus playas y atardeceres

Atardecer en Muri Beach

Rarotonga es una isla circular, rodeada de una laguna protegida por un arrecife. Presenta playas a lo largo de toda su costa, aunque no son las típicas de arena blanca, exceptuando Muri Beach, situada al este. Se trata de una playa alargada, con tres motus a los que se puede acceder nadando o en kayak, con arena clara y cocoteros. Es la mejor de la isla cuando el objetivo es tomar el sol o darse un baño, ya que el fondo no es pedregoso. También existe la opción de dar un paseo en barco por la laguna, aunque nosotros no lo hicimos.

La zona de Muri Beach quizás sea la mejor donde alojarse, porque, además de la playa, que es maravillosa, abundan los servicios de todo tipo: alquiler de vehículos, actividades, material deportivo, restaurantes, e incluso el mercado nocturno. En nuestro caso, elegimos un apartamento situado a 5 minutos caminando desde allí, en las montañas, con fantásticas vistas de la playa y de la isla.

Amanecer desde nuestro alojamiento

En la mayor parte de los casos, las playas son de roca, y son fantásticas para el snorkel, ya que el coral llega casi hasta la orilla. Una de las más bonitas es Black Rock Beach, llamada así porque presenta una roca basáltica que emerge del mar. Es el punto donde los maoríes de las Cook piensan que las almas de los fallecidos parten de la isla, camino a Hawaiki. Esto la impregna de un misticismo especial. Y, al estar situada al oeste, permite disfrutar de unas vistas privilegiadas del atardecer.


Black Rock Beach

Nosotros, además, tuvimos mucha suerte ya que, cuando nos íbamos, se nos acercó un hombre a alertarnos de la presencia de… ¡una ballena! Resulta que estaba finalizando la migración de las ballenas, y una madre y su cría justo estaban pasando por allí. Nos quedamos embobados viéndolas desde el acantilado… Uno de esos momentos mágicos que no se olvidan.


Ballena jorobada en Black Rock Beach

Hacer snorkel en la laguna

Snorkel en las Islas Cook

Como ya he explicado, la forma que tiene la isla hace que sea un lugar privilegiado para disfrutar de la vida marina. Sin embargo, hay que tomar una serie de precauciones, ya que acercarse demasiado al arrecife puede ser peligroso por la formación de corrientes submarinas: no debe pasarse de la mitad de la laguna, y hay que evitar las zonas de “pasaje”, donde se interrumpe el arrecife. Existen muchos mapas que dan estas indicaciones y marcan la localización de estos pasajes.

Cualquiera de las playas de la isla puede ser un buen lugar para practicar este deporte. Sin embargo, hay algunas especialmente conocidas por la riqueza que tienen sus aguas.


Snorkel en Titikaveka

En primer lugar, la playa de Titikaveka. Existe un punto muy conocido, frente a un local llamado “Fruits of Rarotonga”, donde abundan los corales y los peces de colores, erizos, esponjas… Fue aquí donde hicimos snorkel en Rarotonga por primera vez. Nos encantaría conocer los nombres de todas las especies que vimos, pero en cualquier caso fue alucinante.

En otra ocasión fuimos a Black Rock Beach, y es que es otro buen lugar donde hacer snorkel. Hay muchas rocas bajas, lo que ha atraído a montones de animalillos a sus aguas. Aquí fue donde encontramos las estrellas de mar de las Islas Cook, conocidas por su color azul eléctrico… Ni qué decir tiene que ni se nos pasó por la cabeza tocarlas ni nada parecido.


Estrella de mar

Por último, Aroa Beach es otra playa conocida por la calidad de su snorkel. Nos recordó en cierta manera a Titikaveka, pero con menor densidad de coral. Es otra buena zona donde alojarse, situada en el suroeste de la isla.

Es posible alquilar material para hacer snorkel en varias tiendas por la zona de Muri Beach, o en el puesto de “Fruits of Rarotonga”, en Titikaveka. En algunos casos, los alojamientos los ofrecen también. Nosotros el primer día lo alquilamos en el puestecito, pero el siguiente decidimos alquilarlo en una tienda y trasladarlo de una playa a otra. ¡Fue más barato y mucho más practico!


Snorkel en Titikaveka

Conocer el paraíso en Aitutaki

Como comenté antes, Aitutaki es la segunda isla más visitada del país, y no es para menos: es la viva imagen de lo que entendemos por paraíso. Playas de arena blanca, cocoteros, aguas turquesas…


 Aeropuerto de Rarotonga

Es un lugar típico para alojarse en las lunas de miel, pero en nuestro caso, por tiempo y dinero no nos lo planteamos. Sin embargo, no queríamos irnos sin conocerla, así que tiramos de plan B: existe una excursión, ofertada por la aerolínea Air Rarotonga, que consiste en ir en avión a la isla, hacer un pequeño tour por ella, seguido de un crucero por la laguna con island hopping por los motus, y volver de nuevo en avión en un día.

Aitutaki desde el avión

Fue de los mejores días de todo el viaje. En general, solemos evitar las actividades organizadas salvo que no exista otra opción para visitar algo, pero la verdad es que la disfrutamos mucho. Sólo vislumbrar el azul brillante de la laguna desde la ventana del avión, ya nos dimos cuenta de que iba a ser un día espectacular. Así, tras aterrizar en un aeropuerto casi a ras del mar, y tras un corto paseo por la isla, llegamos al barco.

Nos pusieron un coco, música isleña, y comenzamos a surcar la laguna, de isla en isla, de playa en playa… Conocimos a otra pareja española que estaba de luna de miel, finalizando su viaje en el paraíso…


Island Hopping en Aitutaki

Nos llevaron a un punto para hacer snorkel en medio de la laguna, de unos 2-3 metros de profundidad, con un coral inmenso, y, lo más sorprendente, almejas gigantes. Nunca había visto algo así, realmente me sorprendieron. Y también me llamó mucho la atención el colorido de su interior.




Snorkel en Aitutaki

Tras una comida exquisita en el barco (la fruta no me sabe igual después de esta experiencia), finalizamos la excursión en One Foot Island, la más bonita de las islas que visitamos, donde también pude hacer algo de snorkel, y también encontré almejas. ¡Y nos llevamos un nuevo sello en el pasaporte!


One Foot Island

Sorprenderte con las montañas de Rarotonga

Selva de Rarotonga

Y es que, seguro que lo que imaginabas cuando te hablaba de las islas es lo que ya te he contado: playa, cocos, mar. Sin embargo, el centro de Rarotonga es verde, muy verde, y está formado por una cadena montañosa.

Cualquiera que me conozca sabe que no soy muy playera (aunque reconozco que este viaje me cambió un poco la perspectiva), por lo que conocer la naturaleza de las islas me llamaba mucho la atención.


Cascada Wigmore

Existe una ruta que la cruza de norte a sur, el Cross Island Treck que tenía en mente, aunque finalmente no pudimos realizarla por la lluvia, que lleva a través de la selva hasta la base de The Needle o Te Rua Manga, una roca con forma de aguja que domina el perfil de la isla. Esta ruta finaliza en la cascada Wigmore, que sí que visitamos en compensación por habernos perdido el trekking.

Adentrarte en la cultura de las islas

La vida isleña sorprende desde el primer momento, y más a los que, como nosotros, no han estado previamente en ningún lugar parecido. El ritmo más pausado, la sonrisa permanente, incluso cuando no se tiene mucho…

Una buena forma de acercarse a ella es ir a cenar al mercado nocturno de Muri Beach, repleto de puestos de comida con la que se te hace la boca agua. Eso sí, ten buen ojo al escoger y que no te pase como a mí, que no pude terminarme mi plato por lo picante que estaba… ¡El de Edu doy fe de que estaba exquisito! El ambiente además invita a relajarse con la música y pasar un buen rato.

También existe la opción de visitar una espectáculo y cena tradicional en Te Vara Nui, tras un paseo donde te explican características de la cultura polinesia. Nosotros no asistimos, ya que íbamos a realizar una actividad similar en una aldea maorí en Nueva Zelanda, pero nos hubiera gustado conocerla.

Conducir por la carretera circular

Nuestro coche de alquiler

Aunque la he dejado en último lugar, realmente está implícita en el resto de actividades. Y es que en Rarotonga hay una carretera, circular, que rodea la isla completamente, y que mide un total de 32 Km (sí, he dicho que es la isla de mayor tamaño, ¡pero aun así es muy pequeña!).

Esto hace que sea muy fácil moverse por la isla. En nuestro caso, alquilamos un coche y ¡no tuvimos que llenar el depósito en toda nuestra estancia! También existe una línea de autobuses que recorre la carretera circular, aunque no la utilizamos.

Creemos que recorrer esta carretera es una experiencia en sí misma, ya que a cada paso te sorprende. Hay muchas cosas que nos llamaron la atención: la cantidad de iglesias, con sus correspondientes cementerios, llenos de flores. No parecían un lugar muy triste… Y todos tenían vistas privilegiadas al mar.


Paisaje de Rarotonga

La cantidad de cocoteros, y de cocos en la carretera. Incluso vimos carteles de advertencia por el peligro de que uno te cayera en la cabeza.

La cantidad de gallos que encontramos por la isla. Literalmente estaban en todas partes: dentro de las tiendas, en los cementerios, caminando junto al arcén…

Vimos las casas de los locales, que contrastaban con los hoteles situados en el lado de la carretera junto al mar. En muchos casos, estaban rodeadas de plantaciones, de cabras… Era como ver dos mundos, uno junto al otro.

Por todas estas, y muchas otras razones, conducir con las ventanillas bajadas en el coche cochambroso que alquilamos, dejándonos sorprender a cada paso, fue una de las mejores cosas que hicimos en Rarotonga.


Espero que te haya gustado y lo hayas disfrutado tanto como yo escribiéndolo. Las Islas Cook son realmente un lugar que merece la pena conocer, y me siento muy afortunada de poderlo compartir contigo. Para cualquier cosa que quieras decirme, deja un comentario.


Amanecer en Rarotonga

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