Un paseo otoñal por Aranjuez

Este año estamos aprovechando el otoño mucho más que los anteriores. Quizás por esa sensación de tener que vivir el momento y no saber hasta cuándo podremos hacerlo…

Y uno de los destinos que tenía apuntados como imprescindibles para vivir el otoño al máximo era, sin duda, Aranjuez y sus famosos jardines.

Aranjuez es bien conocida, también, por su Palacio Real. Y es que es una población cargada de historia, en la que la realeza ha dejado huella a lo largo del tiempo, hecho que se percibe a cada paso por ella.

Cómo llegar

Para llegar a Aranjuez se puede optar por la red de Cercanías de Madrid, teniendo en cuenta que se encuentra en zona C1 (y habrá que pagar el suplemento correspondiente si no se dispone de un abono con dicha cobertura). Se puede tomar el tren en la estación de Atocha o Chamartín, o en cualquiera de las intermedias. Esta fue la opción que escogí yo, y así llegué hasta la bonita Estación de Ferrocarril de Aranjuez, que procede de primeros del Siglo XX.

La alternativa es llegar en coche. Hay varias áreas de aparcamiento disponibles, y también se puede aparcar en la calle con normalidad, sin un suplemento.

Por último, se puede tomar un autobús interurbano en la Estación Sur de Madrid (línea 423).

Palacio Real de Aranjuez

El Palacio Real de Aranjuez fue ordenado construir por Felipe II en el Siglo XVI, aunque posteriormente fue sufriendo diversas ampliaciones y reformas hasta llegar a ser lo que conocemos hoy.

Se trata de un gigantesco edificio de piedra blanca y ladrillo rojo, rodeado de jardines por todas sus caras excepto una, con fantásticas vistas de los mismos y del río Tajo desde sus ventanas. De hecho, se le conoce con el sobrenombre de “Versalles español”. Quizás esa comparación sea un tanto exagerada (tuve la suerte de conocer Versalles en el invierno de 2012), pero no se puede poner en duda su belleza. Está prohibido hacer fotografías en su interior, por lo que no podrás verlas aquí.

La entrada cuesta 9€, aunque existen opciones reducidas para estudiantes, jubilados o familias numerosas. En el momento de nuestra visita, debido a la pandemia, estaba reducida a 4,5€ de forma general. Es gratuita los miércoles, y los domingos por la tarde. Se puede comprar por internet aquí o presencialmente en la taquilla..

En condiciones normales, existe una visita guiada (que hemos oído que es muy recomendable), con la que se puede acceder a más salas que con la visita libre, aunque debido a la situación sanitaria, actualmente esta opción no está disponible.

Accedimos por un lateral situado en la Plaza de Parejas, y desde allí pasamos a la Plaza de Armas, ya en el interior del recinto.

Desde allí, se llega al vestíbulo principal, con una gigantesca escalera, sobre la que se encuentra una lámpara de araña.

Desde allí, comienza el recorrido por las distintas salas. En primer lugar, las correspondientes a la Reina Isabel II (la Sala de Guardias, la Cámara de la Reina, que alberga una bonita colección de relojes y un piano de cola, o el Dormitorio de la Reina son solo algunas de ellas). Junto al Despacho de la Reina se encuentra el Salón del Trono, seguidos del Salón del Baile y el Comedor de Gala. Posteriormente, encontramos las del rey, algo más sobrias.

Las que más me llamaron la atención fueron una sala con decoración en porcelana, con motivos florales o monos, llamada Gabinete de Porcelana, y el Gabinete Árabe, o sala de fumar, que me recordó a palacios árabes como los Reales Alcázares de Sevilla o la Alhambra de Granada.

Por último, antes de salir, una rápida visita a la Capilla Real, a la que accedemos de nuevo desde la Plaza de Armas.

Sin ser yo muy aficionada a la monarquía, sí me resulta interesante la historia que envuelve estos lugares, y me parecen dignas de visita las obras de arte que encierran. Sin duda, una visita muy recomendable.

Jardines de Aranjuez

Fuente de Baco en el Jardín de la Isla

Finalizada la visita cultural, comenzamos a recorrer los jardines que nos habían atraído hasta allí. Los Jardines de Aranjuez son cuatro, y se accede a todos ellos por libre, sin necesidad de adquirir entrada: 

  • Jardín del Parterre. Situado junto a los muros del palacio. 
  • Jardín del Rey. De pequeño tamaño, junto al anterior. 
  • Jardín de la Isla. Ocupa, como su nombre indica, una isla en el interior del río Tajo. Se accede a él por un puente desde el Jardín del Parterre. 
  • Jardín del Príncipe. El de mayor tamaño y el más bonito de todos ellos, se encuentra a 5-10 minutos de paseo.

Jardín del Parterre

Jardín del Parterre

Del Jardín del Parterre y del del Rey voy a hablar poco, ya que son los de menor tamaño. Es de diseño francés, y desde él hay unas bonitas vistas del Palacio reflejado en las fuentes. De hecho, es el que se puede contemplar desde la inmensa balconada.

Tiene un balcón hacia el río Tajo donde pudimos observar gran cantidad de ocas chapoteando para el deleite de todos los niños (y no tan niños) que había alrededor.

Oca en el río Tajo

Jardín de la Isla

Jardín de la Isla

Aquí empezamos a disfrutar de los tonos ocres otoñales que estábamos buscando. El Jardín de la Isla, antiguamente conocido como Jardín de la Reina (ya que a Isabel I le gustaba pasear por él), presenta múltiples caminos entre árboles, que aparecían tapizados de hojas.

Uno de sus principales atractivos son sus fuentes, como la de Hércules e Hidra, la del Reloj (ya que la sombra del chorro funciona como un reloj de sol), o, la más conocida de ellas: la del Niño de la Espina. La estatua original del Espinario no se encuentra en el parque, existiendo una réplica en el interior del palacio.


Detalles en el Jardín de la Isla

Disfrutamos de un agradable paseo, en el que pudimos tomar muchas fotos, antes de dirigirnos a nuestro principal objetivo: el Jardín del Príncipe.

Paseando por el Jardín de la Isla

Fuente de Neptuno

Detalle de la Fuente de Neptuno

Jardín del Príncipe

Es el de mayor tamaño, con sus 150 hectáreas, y procede del Siglo XVIII. Además de ser en el que encontramos el otoño más espectacular, cuenta con varias visitas interesantes con las que completar el paseo.

Jardín del Príncipe

En primer lugar, nos dirigimos hacia el Embarcadero Real de Fernando VI, dejando a nuestra derecha una huerta (llamada Huerta de la Primavera), en la que encontramos un invernadero.

Embarcadero Real

Ocas en el Tajo

Allí, encontramos el Museo de las Falúas Reales, cuya entrada está incluida con la del Palacio Real, por lo que no dudamos en curiosear. Las falúas son las embarcaciones que utilizaba la realeza para navegar por el río Tajo (y, según leímos en las descripciones de algunas de ellas, por otros lugares como la Bahía de San Sebastián o el Estanque de los Jardines de la Granja). Nos pareció una visita curiosa y que no nos llevó más de media hora.

Continuamos nuestro recorrido, paseando junto al río Tajo, que nos regaló unos reflejos espectaculares de la arboleda que ocupa sus orillas, hasta llegar al Fuente de Apolo.


Reflejos sobre el Tajo

El paisaje es cada vez más otoñal, el suelo ha pasado de presentar hojas ocasionalmente a estar completamente tapizado por ellas (y por alguna castaña).

Así, llegamos hasta el lugar que más me gustó con diferencia, el Estanque de los Chinescos, que presenta dos templetes de distintos estilos (uno clásico y uno oriental), rodeados de árboles de intenso colorido. No me pude resistir a tomarle fotos desde todos los ángulos posibles (lo tienes encabezando este post).

Estanque de los Chinescos

La visita puede alargarse más, hasta la Casa del Labrador, antiguo edificio construido por Carlos IV que actualmente alberga una cafetería.

Nosotros, sin embargo, decidimos detener ahí nuestro paseo, satisfechos y con las tarjetas de las cámaras bien cargadas. ¡Siempre hay que dejar algo pendiente para volver en otra ocasión!

Espero que te haya gustado nuestro recorrido por Aranjuez. Este blog no pretende ser un blog de Historia (ni yo soy especialmente entendida), por lo que puede existir alguna imprecisión. Mi intención es, simplemente, acercarte al palacio y sus jardines, y que te apetezca ir y disfrutarlos tanto como yo.

En esta página tienes otras ideas de escapadas de un día que hacer desde Madrid, y algunas escapadas cortas por nuestro país.

Fuente del Narciso en el Jardín del Príncipe

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